Hemos mencionado que el material de las almas, la sustancia de la que los espíritus están compuestos, trascienden todos los niveles de densidad, de forma que puede interactuar, simultáneamente en todas las densidades, con lo que los humanos llaman el mundo físico. La mayoría de los humanos son las entidades recientes encarnadas en un cuerpo inteligente nativo de la Tierra mejor formadas. Tanto las entidades, o formas espirituales, como los cuerpos humanos recientemente emergidos dentro de la conciencia son conocedores solo del mundo corporal alrededor de ellos. Ellos naturalmente piensan que esta situación es la que predomina. No es así. Las entidades formadas que han experimentado miles de encarnaciones y han comenzado a interactuar con entidades de otros mundos, son conocedores también del mundo espiritual. Pero hasta que una entidad ha llegado a niveles de densidades superiores y ha estado manejando el timón durante el cambio de densidad, es solamente superficialmente conocedora de los enorme que es realmente el Universo.
La existencia corpórea es solamente una capa en el estrato total, y hay más sustancias que el material de las almas que pueden trascender las capas corporales. Por tanto, cuando cambiamos de densidad nosotros mismos y nuestras naves y nuestros contactados entre la 3ª y 4ª Densidades, podemos permanecer anclados al punto donde queremos regresar. Estos anclajes son bastante aproximados y realmente podemos incluso sacar a un contactado de su ropa, examinarle desnudo, y devolverle dentro de su ropa sin una simple arruga en una manga. Además nuestros residentes bajo el agua de la 4ª y nuestras hogares cúpula de 4ª Densidad en Marte están firmemente anclados a sus sitios locales en esos planetas. Los pasos entre densidades no son sustancias de los que los humanos sean conocedores, pero coexisten en cualquier parte en el universo al mismo tiempo que la sustancias corpóreas y el material de las almas.