Hemos afirmado que los alienígenas tienen restringida la capacidad de interferir con el libre albedrío de los humanos, que deben esperar La Llamada, y que en ese momento deben afectar los asuntos humanos a través de las acciones humanas. ¿Deben ser estas reglas extendidas, o tener excepciones, o deben los alienígenas simplemente esperar y observar angustiosamente? Ocurren ambas cosas. Dado que la Llamada está siendo emitida casi constantemente, y dado que la Tierra está virtualmente siendo inundada en estos momentos con visitantes alienígenas, no hay ni un exceso de llamadas esperando una respuesta ni un exceso de visitantes esperando La Llamada – un buen equilibrio. Sin embargo dentro de esos parámetros existe una gran flexibilidad.
Por ejemplo, una llamada de alta prioridad ocurre cuando un humano deseando un contacto está en posición de influenciar el curso de los asuntos humanos, está en una posición de liderazgo o de pivote, y se considera que tiene una madurez espiritual suficientemente fuerte como para completar su misión elegida. Además, una llamada de baja prioridad, desde el punto de vista de la influencia en los asuntos humanos, es una llamada de un humano que esta espiritualmente indeciso acerca de su orientación, esta vacilando de forma que ni la orientación puede contar para establecer la dirección, y esta emitiendo La Llamada por que esta envuelto con un asunto personal que tiene poca influencia salvo en sí mismo.
Mas allá de qué llamada capta la atención, esta el asunto de en qué consiste la respuesta. Esto puede abarcar el rango desde una breve conferencia con un único visitante a una serie de visitas de una ejercito eventual de alienígenas. No hay reglas que guíen el comportamiento de los alienígenas en la Tierra, que ligue o restrinja el tamaño de la respuesta a La Llamada. Por tanto, aunque debemos esperar, y debemos anticipar y preparar, se puede considerar que La Llamada es un proceso mutuo.